RUTAS DE BANYALBUFAR

RUTAS

URBANAS

Vila de Dalt

El municipio de Banyalbufar es conocido por haber sabido mantener un paisaje paradigmático. La villa, situada en el eje de este magnífico entorno, conserva numerosos vestigios de su dilatado pasado que muy bien merece la pena descubrir con mirada abierta y paso tranquilo. La Vila de Dalt (Villa de arriba), además de la iglesia parroquial, guarda algunos de los edificios más antiguos y representativos, así como un entorno antrópico que resulta ejemplar a la hora de explicar el patrón de asentamiento y explotación de este lado de la Sierra. 

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Iglesia parroquial de la Natividad de Maria

La iglesia de Banyalbufar aparece documentada en la época medieval, a pesar de que está en otro lugar. Desde la terrible incursión corsaria de 1545, cambió la ubicación al actual. En 1691 se hizo una de nueva y en el siglo XVIII se reformó. Del interior destacan toda una serie de retablos: el mayor, de 1787, es de estilo clasicista y representa el nacimiento de la Virgen María; el retablo de Santa Maria, de estilo barroco, que contiene la imagen gótica de Santa Maria de Banyalbufar; y finalmente el retablo de la Inmaculada, antiguamente de san Pedro, obra de Gaspar Oms en el 1584. Por otro lado, el órgano procede del convento de Santo Domingo de Palma. 

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Cas Batle Negre

Las casas de cas Batle Negre (el alcalde negro) son unas de las más populares a la villa. Tienen una fachada de tres alzados, con portal de arco redondo, adovelado. El interior conserva una vuelta rebajada. El nombre proviene de uno de los propietarios del inmueble, de piel muy morena, el cual llegó a ser alcalde.

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Son Borguny

Las casas de Son Borguny tienen un origen bastante antiguo. Pertenecían a un linaje banyalbufarí hoy desaparecido, los Borguny, que más tarde se unieron a los Vives y, como tal firmaban Vives-Borguny. El edificio tiene tres plantas de alzado, con portal redondo. En la misma acera se conservan sendas quintares de prensa, una de las cuales de vino. El interior de la planta baja mantiene una interesante vuelta de arista. 

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Son Vives

Saliendo del casco urbano se sitúan las casas de Son Vives, limitadas con el camino por una reja que da a una bella pérgola. En el siglo XVII era un cobertizo en manos del honorable Pere Vives, linaje que se mantuvo hasta medios del siglo XVIII. A principios del siglo XX era de los Ferrà Alcover y actualmente es de la familia Darder. 

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Safareig de So n’Albertí

Bajo las casas de la posesión de So n’Albertí –en manos de Mateu Albertí en el siglo XVIII– se sitúa uno de los lavaderos más grandes del término, formado por dos depósitos. Recibe agua de la fuente de la Vila.

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Camí des Regants

El camí des Regants sigue la acequia de Baix, desde unos años rehabilitada. El camino, bastante estrecho, se encuentra limitado por una barandilla y conecta con el barrio des Penyal. Desde aquí se obtienen unas magníficas panorámicas de la villa y de la zona litoral. 

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Es Penyal

Se trata de un núcleo empezado a construir en el siglo XVII, con un acceso desde el pueblo por un camino adoquinado. Existe una tradición popular que afirma que este es el origen del pueblo, a pesar de que la documentación lo desmiente. Las casas son de tipo tradicional, siguiendo una disposición muy parecida a las de los marjales, y se abren a callejones estrechos y adoquinados. Solo encontramos una calle que hace las funciones de plazoleta, con un mirador entre sendas viviendas.

Vila de Baix

La parte baja de Banyalbufar conserva espacios y rincones que muy bien merecen ser descubiertos. Desde el emblemático edificio de sa Baronia –centro de la vida feudal de un tiempo– hasta los molinos de la Cala –dos ingenios hidráulicos de base islámica que resisten el embate del mar– se extiende un espacio donde el patrimonio, la historia y el paisaje casan a la perfección. Una caminata que nos permitirá por otro lado descubrir la contrastada belleza que ofrece Banyalbufar, basada en el profundo diálogo que el mar mantiene con la montaña, la gigantesca Mola de Planícia.

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Sa Baronia

Sa Baronia es el edificio civil más antiguo y emblemático de Banyalbufar. Fue el eje de la vida feudal del pueblo y de aquí que su estructura todavía muestre todo su poder. Su peso dentro del desarrollo de la villa a lo largo de la historia ha estado capital, tanto que una buena parte de la población ha sido vinculada hasta hace pocos decenios de forma directa o indirecta a su explotación. La historia de estas casas y tierras es tan larga y dilatada como la misma historia de Mallorca, siempre en manos de las más altas alcurnias caballerescas y nobiliarias: Ramon de sa Clusa (s. XIII), Arnau de Torrelles, Pere Sa Vila y Ombert de Fonollar (s. XIV), los Lloscos (s. XV-XVII), los Burgues Zafortesa (s. XVII), los Sales-Sureda y los Berga-Zafortesa (s. XVII-XVIII), y finalmente los Cotoner (s. XVIII-XX). Hoy, el edificio se encuentra dividido en tres partes: la vicaría, la torre y el hotel. 

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Cas Cosí

Una de las viviendas más interesantes de la villa desde el punto de vista histórico es Cas Cosí (la casa del primo). Tiene tres plantas, con un magnífico portal redondo y enjuta. Encima de la clave se puede ver un lápida con el anagrama de Cristo (IHS) y la fecha de 1661. Esta casa en el siglo XIX estuvo en manos de la familia Albertí. Un miembro de esta alcurnia fue Joan Albertí, alcalde del pueblo.

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Can Font

Can Font funcionó como pequeña tienda, horno y bar hasta hace un par de años. Las casas, de estilo tradicional, se abren ante una carrera. En la fachada de la izquierda todavía se pueden ver restos de un curioso esgrafiado hecho con maquets. El interior conserva varios tramos de vuelta por arista. 

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Sa Canaleta

Se trata de una fuente de mina ubicada en el corazón del pueblo. Cuenta con dos galerías, metidas dentro de una caseta que alberga los lavaderos públicos. Data del año 1882 y ha sufrido varias modificaciones. Del conjunto, además de las picas lavaderas destaca el arco en forma de capilla. Para acceder hay que pedir permiso. 

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Era des Fossar

A la derecha del camino de la cala hay el lugar denominado l’Era des Fossar. Parece que en este lugar se ubicó originalmente la primera iglesia del pueblo hasta que en el siglo XVI fue arrasada por un cruento asalto corsario. El topónimo nos recuerda la existencia también del primer cementerio, que siempre se ubicaba borde el templo. 

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Molins de sa Cala

Dos de los restos más importantes del pasado islámico de Banyalbufar son los molinos hidráulicos situados encima de la cala. Esta ubicación se explica por la necesidad de no quitar espacio cultivable y también para aprovechar al máximo el curso del agua procedente de las fuentes superiores. Se encuentran documentados en el 1240. 

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Ca ses Monges

En 1885 el vicario de Banyalbufar, Albert Cirer, instaló una pequeña comunidad de Hermanas Agustinas. Se dedicaron a la enseñanza de niños y niñas. Estuvieron 73 años, hasta 1958, cuando se cerró definitivamente y el edificio se vendió a un particular.

De la Vila a las Teules

Entre sa Terra Nova i Son Bauçà

La valle central de Banyalbufar se caracteriza, entre otros rasgos, por contar desde antiguo con una tierra muy parcelada y donde se pueden encontrar espacios, cultivos y paisajes diferentes en muy poca distancia. En esta ruta se atraviesan olivares, viñedos, huertos, bosques, torrentes y tierras baldías, todo a través de una red de caminos centenarios que permiten captar una parte esencial del paisaje de Banyalbufar.

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Son Albertí

Alrededor del núcleo urbano de Banyalbufar se encuentran las primeras posesiones: una de ellas es Son Albertí, situada justo encima del camino de la Font de la Vila. El nombre corresponde a la familia propietaria del siglo XVII. En el siglo XIX pasó a los Cotoner, señores de sa Baronia. En el siglo pasado fue de la familia Ribot. Desde el mismo camino podemos constatar que las casas forman un conjunto arquitectónico bastante rústico, con la fachada principal orientada hacia el este. Antiguamente contaban con una importante bodega.

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Font de la Vila

Es la surgencia más importante de Banyalbufar, ya que aporta el caudal de agua más significativo al pueblo y a todo el conjunto de terrazas que lo rodea. Se trata de una fuente de origen islámico que permitió el asentamiento de la primera comunidad de Bany-al-bahar. De la mina parte una acequia y un gran número de canales y conducciones que distribuyen el agua hasta los aljibes de cada una de las fincas.

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Olivar de cas Cosí- Son Bejueta-Son Roses

La parte central de la ruta atraviesa un conjunto de propiedades de secano, mayoritariamente con olivos, aunque también se pueden ver almendros, algarrobos y alguna higuera. A lo largo del camino hay una hilera de cerezos y también algunas terrazas con cepas de malvasía. El camino pasa junto a casetas y cobertizos donde se guardaban herramientas agrícolas o se resguardaba el ganado y las aves de corral. Antes de cruzar el torrente de Son Bauçà, aparece el sistema hidráulico de las fuentes de Son Bejueta, uno de los pequeños conjuntos hidráulicos de interés patrimonial de Banyalbufar.

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Torrent d’en Roig

Es uno de los cursos naturales más importantes del término, ya que recoge gran parte del agua del valle central de Banyalbufar. El camino de sa Terra Nova lo cruza por un paso empedrado, de unos 10 metros de longitud, de gran belleza y frescura. En este mismo lugar hay una caseta a la que se llega a través de un puente de gran pericia constructiva.

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Sa Terra Nova

Sa Terra Nova es una amplia zona de secano, dominada por olivos, algunos de ellos bastante antiguos, que se distribuyen en un conjunto de terrazas de baja altura. Las propiedades de este lugar son pequeñas explotaciones con sus casas, de dimensiones reducidas y aspecto rústico. Particularmente destacan las casas de sa Terra Nova, con su fachada de piedra, situadas a un lado del camino.

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Ses Teules

En el espacio conocido como ses Teules (que hoy en día alberga el centro de reciclaje y también un parque infantil) existió una de las dos tejerías de Son Bunyola, la cual funcionó hasta 1932. El último maestro tejero, conocido como en Calesso, contaba en este lugar con un gran porche para fabricar las tejas, una cisterna para el agua, un molino para moler y una pequeña cabaña a modo de vivienda. En 1950, la tejería fue derribada y en esta llanura se habilitó un campo de fútbol.    

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Camí de Son Bauçà

Se trata de uno de los caminos que aún conservan empedrado en todo el municipio. El tramo central es de especial valor, ya que cuenta también con una cadena, restos de escalones y pequeños muros. Aparece documentado por primera vez en 1712 en un litigio entre los hermanos Bauçà, propietarios de la posesión homónima, la cual se puede contemplar desde el mismo camino. Antiguamente, los habitantes de Banyalbufar utilizaban esta vía como atajo para llegar más rápidamente al coll de sa Bastida.

Sa Marina de Banyalbufar

Na Ferranda

El litoral de Banyalbufar tiene una dureza primitiva y una estética cautivadora. Dejando de lado las pocas calas accesibles, la costa cuenta con una serie de lugares que han sido frecuentados desde tiempos antiguos, especialmente como zonas de pesca. Na Ferranda, una punta rocosa situada al oeste del pueblo, es uno de estos lugares. El acceso, documentado ya en la época medieval, es áspero y accidentado. Es un sitio que debe ser visitado con calma y disfrutado con serenidad.

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Can Fura

La propiedad de Can Fura se encuentra a la salida del pueblo en dirección a Estellencs, justo al lado de la carretera. Son unas casas con estructura de rafal, a las cuales se añadió un bloque moderno en época contemporánea. Del conjunto antiguo destaca la disposición misma de la fachada, presidida por un portal forà de arco redondo. Asimismo, frente a las casas hay un quintar de prensa de viga, que recuerda cuando esta finca producía vino y malvasía.

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Camí de can Pico

Es una vía histórica documentada a principios del siglo XVIII, que fue reconocida como pública a finales del siglo XIX. Hasta la década de 1970, este camino era de tierra. Durante los primeros metros se pueden disfrutar de vistas del pueblo, destacando la iglesia parroquial y también Sa Baronia. Entre este edificio y el camino de Can Pico desciende el comellar que antiguamente perteneció a Sa Baronia, donde se cultivaba su exitosa malvasía.

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Camí de na Ferranda

Es uno de los caminos más antiguos documentados en Banyalbufar, a veces también anotado como camí de la Marina. Ya aparece en un manuscrito de 1447, y en 1464 se especifica que el camino terminaba justo en la orilla del mar, en la misma punta. En esa época, la vía bordeaba varias propiedades, principalmente cultivadas con viñedos. A lo largo del camino se pueden observar síquies, canalizaciones y también lavaderos que reciben agua de la fuente de la Vila.

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Can Pico

Las imponentes casas de Can Pico se pueden contemplar desde el mismo camino de Na Ferranda. Destaca sobre todo la galería italianizante en la fachada de gregal, junto a la cual se abre un portal con dintel al estilo renacentista. Can Pico fue la última finca del municipio en la que se elaboró malvasía, cesando la producción a principios de la década de 1960. Asimismo, fue una de las fincas que se implicaron en la recuperación de este cultivo que tan bien identifica a Banyalbufar.

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Sa Marina

La zona conocida como Sa Marina se encuentra hoy en día muy dividida en pequeñas propiedades: Marina des Casino, Marina de Can Masset, etc. Históricamente, el cultivo predominante en esta área era la viña, pero a partir de la década de 1920, se impuso la horticultura, especialmente el cultivo de la tomàtiga de ramellet.

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Na Ferranda

Na Ferranda o Punta de Na Ferranda es un cabo puntiagudo situado al oeste de Na Duvica. Para acceder a él, se construyó una escalera de piedra, lo que también permitía llegar al caló que se encuentra en la ladera de levante. Este cabo era una magnífica zona de pesca de obladas, a la que incluso acudían pescadores de otros pueblos. Desde las proximidades de la punta, se puede contemplar hacia el suroeste la Isla de Dragonera y el Cabo Fabioler (Andratx), mientras que hacia el noreste se puede ver el impresionante acantilado de Amaradors, la Punta des Cavall (Banyalbufar), Na Foradada (Deià) y el Cabo Gros (Sóller).

EXCURSIONES

A PIE

De Banyalbufar a Esporles

El camí vell des Correu

La vía que desde la época medieval comunica Banyalbufar con Esporles es el camino des Correu. La ruta, además de no ser muy difícil, ofrece numerosos alicientes: desde el punto de vista paisajístico, regala algunas panorámicas naturales de primer orden que permiten disfrutar de un entorno de altísima calidad; desde el patrimonial, una gran cantidad de elementos etnológicos que se encuentran a ambos lados además de la misma factura del camino, dotado de todos los elementos de la ingeniería viaria tradicional que lo hace uno de los más atractivos de toda la Sierra. El camino des Correu es, por lo tanto, una ruta a través de la historia de Banyalbufar.

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Son Albertí

Alrededor del casco urbano de Banyalbufar se emplazan las primeras posesiones: una es Son Albertí, situada por encima del camino de la Font de la Vila. El nombre corresponde a la familia propietaria, del siglo XVII. En el siglo XIX pasó a los Cotoner, señores de la Baronía. En el siglo pasado fue de la familia Ribot. Desde el mismo camino podemos constatar que las casas son un conjunto arquitectónico bastante rústico, con la fachada principal orientada a levante. Antiguamente contaban con una importante bodega.

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Fuente de la Villa

Es la fuente más importante de Banyalbufar puesto que aporta el caudal de agua más importante en el pueblo y a todo el conjunto amurallado que lo rodea. Se trata de una fuente de origen islámico que permitió el asentamiento de la primera comunidad de Bany-al-bahar. De la mina parte una acequia y un gran número de fibles y conducciones que derivan el agua hasta las albercas de cada una de las fincas.

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Camino des Correu

Es la vía histórica que conecta Banyalbufar con Esporles. Se trata de un camino de origen medieval, documentado entonces cómo carraria de Banalbahar. Sirvió para comunicar ambas villas, las cuales formaron una misma universidad hasta 1836. Constructivamente cuenta con elementos muy valiosos: tramos empedrados, muro de sostenimiento, rayitas y vierteaguas.

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Coll es Pi

Este cuello (475 m) separa las vertientes de Son Sanutges y Son Valentí. Aquí arriba, además de conservar un magnífico empedrado, encontramos una balsa al lado de la vía y el pozo de sa Plata, una antigua cantera abandonada a la vertiente del xaloc del Puig de s’Argenter. La documentación apunta que hasta el siglo XIX todo este lugar se cultivaba.

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Potada des Cavall (Pisada de caballo)

Una de las leyendas más emblemáticas de Banyalbufar se sitúa en el cuello llamado sa Potada des Cavall. Una piedra con una profunda marca fue la base de una leyenda relacionada con el rey Jaime I y su caballo. Dicen que en uno de sus saltos fantásticos entre Cataluña y Mallorca el caballo del monarca dejó marcada la roca con una de sus patadas.

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 Ses Mosqueres

És un rafal que ha format part històricament de Son Valentí i Son Balaguer. Toponímicament sembla derivar de muscu>muscaria (“lloc amb molsa”), encara que també podria procedir mata mosquera. Les cases són formades per dos aiguavessos, d’una planta amb carrera i terrassa. Compta amb una tafona amb premsa mecànica.

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Sa Granja (la Granja)

La posesión de sa Granja es una de las más importantes de la sierra de Tramuntana, especialmente por la abundante agua (Font Major), la arquitectura barroca y los anchos jardines. Fue en origen una alquería islámica denominada Alpic. En la época medieval estuvo en manos de la familia Joan, quien también poseían Planicia y es Rafal. La última gran alcurnia propietaria fueron los Fortuny.

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Pont de sa Turbina (Puente de la turbina)

Atraviesa el torrente de Sant Pere, al lado del molino de sa Turbina. Este molino fue instalado sobre uno medieval, llamado el molino de la Cruz. El empresario esporlerí Joan Riutort y Palmer, a finales del siglo XIX lo transformó y montó en el interior una turbina que llegó a mover 110 telares.

La vieja ruta de los pescadores

Del Port des Canonge a Esporles

Este camino es la vía tradicional que usaban los pescadores para comunicar el Port Des Canonge con Esporles y, desde aquí hacia la capital o el interior de Mallorca. Después de una jornada de pesca, subían por esta vía todo el pescado capturado para venderlo. Esta ruta, recuperada justo hace unos decenios, no solamente permite entender las difíciles coyunturas de los antepasados sino al mismo tiempo nos permitirá disfrutar de un entorno natural y cultural de calidad extraordinaria. 

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Port des Canonge

El segundo núcleo más importante de Banyalbufar es el puerto des Canonge, situado al extremo del municipio. Este espacio actuó como puerto desde la Época Antigua, tal como lo han demostrado numerosos restos arqueológicos. Tres siglos después de la conquista aparece documentado como lo Port del Canonge y se constituyó en un pequeño reducto de pescadores. A la orilla del mar hay un interesante conjunto de varaderos o alcobas.

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Son Coll

Son Bunyola y Son Coll son las dos posesiones más antiguas del valle del puerto des Canonge, dicha históricamente el vall de Bunyola. La documentación medieval nos confirma que Son Coll fue conocida inicialmente como la Alqueria Roja. Una parte importante de la historia fue propiedad de los Coll –linaje que le dio nombre– y después de Miró. A finales de los siglo XIX fue de los Palou y tenía una extensión de 96 hectáreas, que pasó a los Ramis d’Ayreflor. Las casas fueron muy afectadas por el cap de fibló  (un remolino de aire que se forma sobre la superficie del agua) del verano de 2020. Históricamente contaban con una almazara y un pequeño oratorio.

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Camino de los pescadores 

Es el camino de herradura tradicional que usaban los pescadores para subir el pescado hacia Esporles y, desde aquí, hacia la capital o el interior de la isla. Los tramos conservados revelan que era un camino empedrado, con márgenes de sostenimiento en algunos puntos y también ratlletes. En la parte superior, antes de llegar a la carretera del Port des Canonge, circula por un encinar de altísima calidad ambiental y natural.

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Mirant de Mar

Al extremo de la parcelación de Mirando de Mar se encuentra un pequeño mirador, formado por un banco de piedra. A pesar de que la vegetación no permite contemplar con plenitud el entorno, podremos disfrutar de las vistas de Son Bunyola y también del puig de ses Planes.

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Son Dameto

Es una de las más destacadas posesiones esporlerines, documentada en la época medieval. El 1563 era del señor Nicolau Dameto y era dedicada a olivares, viña, cultivos de cereales y legumbres. Contaba con un huerto dedicado a manzanos y hortalizas. En 1677, estaba valorada en 43.000 libras. El 1654, era objeto de arrendamientos parciales: a la parte dicha ses Planes de Son Dameto, por una renta anual de 230 libras; la denominada ses Costes de Son Dameto, por 220 libras, más 50 quintales de algarrobas y 2 coves de manzanas. El 1863 tenía 288 hectáreas y pertenecía a Francesc Rossinyol de Sagranada.

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Sa Potada des Gegant

Junto al magnífico puente de Son Dameto, hay una roca que tiene forma de pica, un tipo de cocó colossal. La tradición dice que este agujero no lo había hecho la acción de siglos de torrentadas. Cuentan que un gigante que iba hacia Son Dameto iba distraído mirando el paisaje y no se fijó donde puso su pie. Así que pegó una pisada encima de esta roca y la hundió con el dedo gordo. Desde ese entonces, los esporlerins le dicen “sa Potada des Gegant”.

De Banyalbufar a Estellencs

Por la costa y el camino viejo

Antes de la apertura de la carretera actual, los banyalbufarins que tenían que ir a Estellencs y viceversa usaban la ruta que aquí proponemos: se trata de un camino de herradura que conecta ambas villas muy directo y rápido, sin importantes desniveles, atravesando varias posesiones. La ruta, recuperada hace unos años, ha vuelto a enlazar ambos pueblos, los cuales comparten algunos episodios históricos así como una geografía metida entre el Mediterráneo y la Sierra.

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Es Rafal

Es Rafal de Planícia, documentado en la época medieval, es una de las posesiones banyalbufarines más emblemáticas. Su situación altanera, la gran torre de defensa y también su leyenda han propiciado que fuera uno de los referentes en la cultura local. El camino flanquea el mirador de las casas, desde donde podemos disfrutar de su belleza y representatividad.

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El pedrís de sa Senyora

A pocos metros de haber entrado en la finca pública de Planicia, en una suave curva del camino está el pedrís de sa Senyora, un asiento de piedra desde donde la tradición dice que la marquesa de Campofranco iba a contemplar las puestas de sol. Ciertamente es un mirador natural que permite obtener una magnífica panorámica de las costas banyalbufarines, estellenquines e, incluso, andritxolas.

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Font de s’Obi

La fuente de s’Obi es una de las fuentes más emblemáticas de la posesión de Planícia. Brota a través de una grieta de un peñasco y deposita el agua en unas picas de piedra. Antiguamente este espacio se alquilaba y se hacía un poco de huerta aprovechando el agua.

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Na Roca

Es un peñasco situado junto al torrente, en un rincón fresco y sombrío. Antiguamente el paso se encontraba limitado por una barrera de acebuche.

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Olivaret de Mar

El punto de confluencia entre el camino viejo de Estellencs y el camino de acceso a las casas de Planicia que bordean el olivaret de Mar, dicho así por ser el que se encontraba más cerca del mar de toda la posesión. Todavía hoy conserva varios ejemplares de olivo bastante viejos.

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Son Serralta

Es una de las grandes posesiones estellenquines, la cual junto con Son Fortuny formaron en el siglo XIII la caballería de Estellencs. En 1383 fue adquirida por los Serralta y esta familia la vendió en el siglo XVI a los Moragues. A partir del siglo XIX se empezaron a segregar piezas de tierra, de donde nacieron fincas como ses Costes o ses Amitges. Desde el camino podemos disfrutar de su magnífico conjunto arquitectónico, del cual destaca la galería y también lo matacà sobre el portal foráneo.

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Es Collet

Antiguamente era conocida cómo Son Cabot y en el siglo XIX tenía 91 cuarteradas de extensión. El conjunto de las casas, situadas muy cerca del camino viejo, destaca por su rusticidad, el claustro y sobre todo por la torre de defensa de los siglos XVI o XVII.

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Los lavaderos

Se encuentran en la entrada del pueblo, los cuales reciben agua de la fuente des Forat d’Amunt a través de una acequia descubierta que bordea el torrente Major. Tienen forma rectangular, cubiertos por un soportal de vigas y con tejado a un aiguavés.

Por las marinas de Son Bunyola

El camino de Baix y el port des Canonge

Esta vía, llamada históricamente el camino de Baix (abajo) o camino de Baix de Son Bunyola, es una ruta amable, de anchura de carro y fácil, muy recomendada para el excursionismo familiar. Esta ruta muestra una extraordinaria amalgama de elementos interesantes: conjuntos marjales, pinares, costeros litorales, calas, puntas, elementos etnológicos… Pero sobre todo nos permite disfrutar de la posesión de Son Bunyola, visible perfectamente desde el camino, uno de los grandes latifundios históricos del término. Por lo tanto, una ruta tan rica de historia como llena de paisajes. 

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Volta des General (curva del General)

Es la curva de la carretera Mi-10 donde se sitúa el aparcamiento y el inicio del camí de Baix, que lleva hasta el port des Canonge. Recibe este curioso nombre a raíz de la anécdota que el general Ferran Cotoner y Chacon (1811-1888), propietario de sa Baronia de Banyalbufar solía subir desde el pueblo hasta aquí para contemplar la belleza del entorno. Popularmente los banyalbufarins también denominan este lugar como sa Barandilla (la barandilla). 

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Caseta de Pere Antoni

Era una casa donde permanecía la familia que explotaba este pinar. Aun así, por las cercanías se entrevén los restos de marjales (bancales) lo que lleva a pensar que durante un tiempo también la zona se cultivaba. El edificio que nos ha llegado hoy en día se encuentra en muy mal estado, formado por dos cuerpos: uno para la vivienda y el otro como cochera. 

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Pino de sa Consulta

Este pino, situado cerca de un horno de cal, es conocido con esta curiosa denominación puesto que aquí se encontraban los carabineros de Esporles y los de Banyalbufar durante las guardias. 

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Es Corral Fals

Es una inmensa balma natural por donde pasa el camí de Baix. El mismo Archiduque se hizo eco: “pasadas unas tierras arcillosas, por un pinares a pie de unas rocas aglomeradas, rodea la pared rocosa del Corral Fals”. Este espacio fue usado como necrópolis durante el Pretalaiótico, puesto que a mediados del siglo pasado se pudieron localizar restos humanos y de ajuar de esta época. 

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Son Bunyola

La posesión de Son Bunyola es una de las emblemáticas de Banyalbufar. En el siglo XIII ya se documenta como alquería de la Torre, situada en el valle de Bunyola. Después de pasar por varias manos, en el siglo XVI lo adquirieron los Valentí y después a los Zafortesa. La posesión se vinculó a este linaje hasta el 1931, cuando se vendió al empresario solleric Josep Puig, quien modificó sustancialmente las casas dotándolas del aspecto actual. Hoy en día se encuentra en proceso de transformación en hotel. 

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Punta del Águila

Uno de los accidentes más bellos de la costa banyalbufarina es la punta de s’Àguila. Se trata de un nombre metafórico, puesto que si se contempla desde la parte de poniente el perfil recuerda a este animal. A nivel de anécdota, ante este acicate se hundió el 1917 el barco italiano Lugina-G, donde prácticamente murió toda la tripulación. Los pocos que se salvaron permanecieron en las casas de Son Bunyola. 

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Playa de Son Bunyola

Es una playa de cantos rodados, formada en la desembocadura del torrente de Son Bunyola. En este lugar todavía permanece la alcoba del amo en Tomeu, quien fue durante muchos años el arrendatario de Son Bunyola. También, en la parte interior de la cala quedan los restos de una caseta de baños, una construcción destinada para los propietarios de la posesión para poderse cambiar de ropa en la intimidad. 

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Cala Gata

Son los restos de una tejera que funcionó en este lugar a principios del siglo XX. Solo se disciernen unos pocos restos a nivel de suelo, así como algún paretón lateral. 

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Port des Canonge

El topónimo ya aparece en el siglo XVI como lo port del Canonge, y la documentación de entonces señala que era un lugar frecuentado por los desembarcos de piratas. Más adelante se consolidó como puerto de pescadores. En el 1944 empezó a planificarse el primer núcleo, a partir de una segregación de Son Coll. Después, en el 1971 se inició la nueva urbanización de Son Coll, detrás del núcleo primitivo.

De la villa a Planícia

Por el Rafal y la Fuente de s’Obi

Planícia es para Banyalbufar algo más que una posesión. Históricamente muchos de banyalbufarins y banyalbufarines pudieron vivir y prosperar gracias a hacer jornales, especialmente durante la campaña de la oliva. Por eso, la vinculación del pueblo con este gran latifundio es profunda. Esta relación, pero, todavía se ha hecho más y más estrecha desde el 2009, cuando pasó a ser pública. Recordamos, sino, la rima: “As Putxet tenc s’alegria / a Son Serralta sa tristor / i a Planícia tenc amor / que em fa penar nit i dia”.

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Sa Costa

Con el nombre de sa Costa se conoce toda el área situada entre la carretera, can Fura, el peñasco des Bandejats y el Mont-reial. El camino atraviesa todo un seguido de pequeñas propiedades, algunas históricas como es el caso de ca Mestre Vic, situada por debajo del camino. También desde aquí se pueden contemplar las casas de can Pico, levantadas encima del mar, una de las cuatro fincas productoras de malvasía actualmente.

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Es Rafal de Planícia

Las casas des Rafal de Planícia son unas de las más genuinas y emblemáticas del término. Estas tierras formaron con Planícia una sola propiedad hasta la Época Contemporánea. Concretamente en estas casas solían permanecer los propietarios, mientras que en las de Planícia eran básicamente de explotación agropecuaria. Históricamente han pasado por varias familias caballerescas y nobiliarias: Joan, Sunyer, Pueyo (marqueses de Campofranco), etc. Las casas destacan por la torre de defensa, el portal foráneo adovelado y también el colcador, donde está cincelado una curiosa forma antropomorfa. En estas casas se sitúa la leyenda “Sa Por des Rafall”, recogida a finales del siglo XIX por el Archiduque Lluís Salvador que narra las apariciones de una alma en pena.

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Na Mallola

Se trata de una pequeña llanura de olivar, justo debajo del peñasco de Vela, que según la documentación antigua estuvo cultivada de viña. Desde aquí se obtienen unas magníficas vistas de la línea litoral, tanto de Estellencs como de Andratx.

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Planícia

Las casas de Planícia destacan por la rusticidad y también por la longitud. Se trata de un conjunto de dos plantas de alzado y abierto ante una carrera que a la vez actúa de mirador. El portal foráneo comunica con un pequeño claustro que separa la casa y cocina de los amos (izquierda) y la parte de los señores (derecha). La posesión fue de los marqueses de Campofranco hasta 1938, cuando la familia Balle la compró por su alta rentabilidad oleícola. A partir de aquí la almazara se modernizó y llegó a altísimas cuotas de producción.

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Es Pins Vers

Al lado del camino de las casas se sitúa una pareja de pinos verdes  (Pinus pinea) gigantescos. En el momento de su catalogación como árboles singulares (2004) eran cuatro, pero entre el 2007 y el 2017 se perdieron dos. Su altura llega casi a los 12 metros. El grupo inicial tenía una copa única y compacta que llegaba a los 27’5 m de diámetro.

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Es Camp Gran

Es Camp Gran es el terreno más extenso e importante de la posesión de Planícia. De hecho, este terreno es el que da nombre a la posesión: una planícia en medio de la montaña. Un tiempo, además de árboles de secano se hacía trigo, cebada, avena y almortas. En un extremo del terreno está el Clapers Redons, dos acumulaciones de piedras muy bien tabicadas. Al lado de la pared seca que limita el terreno hay un porche con una cisterna, que servía para abrevar el ganado y jornaleros de la posesión.

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Font de s’Obi

Esta es una de las fuentes más singulares de la posesión. Brota de una grieta entre las rocas y, a través de una acequia, el agua pasa a una pica de piedra. Antiguamente llenaba un lavadero situado más adelante y servía para regar un poco del huerto. Al lado hay un porche recuperado hace años. También en este lugar se situaba el Graner del Delme, del cual solo queda un trozo de pared.

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S’Era Vella

Antes de llegar a las casas des Rafal se llega al cuello donde había s’Era Vella, la antigua era de batir de la posesión. Desde este lugar se puede disfrutar del magnífico conjunto de las casas.

Entre marjales y boscanas

De la villa a s’Arboçar (por el Rafal y Son Sanutges)

Por encima de la villa de Banyalbufar se extiende un magnífico territorio velado por la mola de Planícia y sus extensísimos encinares. Toda esta área, tan bella como históricamente interesante, cuenta con varias posesiones, elementos etnológicos y puntos de contemplación del paisaje muy atractivos. La ruta, fácil y de desnivel moderado, permite conocer un territorio de calidad. Por eso haremos uso de vías históricas como por ejemplo el camino des Rafal, el camí antic de Planícia y el de la Font de la Vila.

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Es Rafal

Las casas des Rafal –que juntamente con Planícia era toda de una misma propiedad– son de origen medieval y eran las que utilizaban los señores cuando permanecían en Banyalbufar. Por eso contaba con los aposentos más suntuosos: una gran sala, capilla, cámara del señor, cámara de la señora, etc. Tenían almazara pero sobre todo destacaba por su bodega, puesto que en la posesión también se sembraba malvasía y moscatel.

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Pla des Bandejats

Es una llanura que hay entre s’Arboçar y es Rafal, situada a la izquierda del camino. Detrás tiene el puig des Bandejats. Parece ser que el topónimo proviene de una tradición relacionada con los desterrados –fugitivos de la justicia– escondidos por esta parte de la Sierra en los siglos XVII y XVIII, hecho frecuente en ese entonces.

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Sa Roca Fesa

A la derecha del camino, en medio de los laterales del bosque, aparece una gran roca con un gran grieta que la atraviesa de arriba abajo. Se conoce como sa Roca Fesa, palabra hoy en desuso que significa grieta.

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S’Arboçar 

La posesión de s’Arboçar se sitúa a pies del puig de sa Mola (933 m) y mantiene la forma de la vieja finca de montaña. Económicamente destacaba por el aceite y el carbón. Fue adquirida por los marqueses de Campofranco a partir del siglo XVIII y, por eso, se sumó a Planícia y es Rafal, creando un extensísimo latifundio. Anteriormente había estado de la familia Ferrà y después de los Bauçà. A principios del siglo XX fue adquirida por Mateu Escarrer Sitjar. Las casas cuentan con una almazara. 

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Son Sanutges

Las casas de esta posesión, hoy en ruina, tienen origen en el siglo XVII, en propiedad de la familia Sanutges-Bauçà, quiénes le dieron nombre. En el siglo XVII la posesión fue valorada en 2.000 libras mallorquinas. A finales del siglo XIX era de Bartomeu Bauçà y tenía 82 cuarteladas. Además de carbón, la propiedad instaló una yesería dentro de su territorio, los restos de la cual se encuentran enfrente las casas.

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Son Creus

Las casas de esta posesión las encontramos en la confluencia del camino antiguo de Planícia con el camino des Correo. Desde nuestra posición podremos ver parte de la fachada principal, de aspecto rústico y austero. En el año 1851 la posesión era de la familia Aguiló.

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Font de la Vila

Se sitúa al lado del  torrente d’en Roig, a 270 metros sobre el nivel del mar. Consta de una galería con vuelta de piedra en seco, de 25 metros de longitud. La boca, actualmente limitada, es cuadrangular, de unos 55 cm por los lados. Desde aquí el agua baja hacia las albercas y la villa a través de un sistema de acequias, hoy entubadas.

La Atalaya sobre el Mediterráneo

Torre des Verger y el puerto de sa Pera de s’Ase

Una de las imágenes más recurrentes de la sierra de Tramuntana se encuentra en Banyalbufar, protagonizada por la torre des Verger y su entorno. Pericia constructiva y paisaje, historia y belleza se dan la mano para ofrecer una de las estampas más bellas del Mediterráneo. Descubrir esta torre y este paraje se complementa con la bajada a uno de los tres puertos del término: el de sa Pera de s’Ase. Se trata de una ruta corta pero muy gratificante, una magnífica propuesta de media jornada para disfrutar plenamente de la montaña y el mar banyalbufanires. 

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Torre des Verger

La torre des Verger –dicha sa Torreta por los banyalbufarins-, es uno de los símbolos de la sierra norte, no solo por la espectacular ubicación sino por su austera y equilibrada belleza. Se alza sobre un peñasco que cae vertiginoso encima del mar. Fue construida en el siglo XVI, momento álgido de peligro marítimo. Desde la terraza, hacia gregal, podemos divisar la torre de Valldemossa y, hacia llebeig, na Pòpia, a sa Dragonera, que espera  detrás el cap Fabioler. Los primeros vigilantes contaban con armamento para la autodefensa (arcabuces y cuchillos) y más tarde con piezas de pequeña artillería que, más que herir al enemigo, lo advertía tímidamente. El archiduque Luis Salvador, prendado por la belleza de esta atalaya, la compró a finales del siglo XIX. Hoy es un Bien de Interés Cultural y desde entonces ha sido restaurada en varias ocasiones. 

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Es Verger

Con el nombre des Verger se conoce toda la zona que va desde la torre hasta s’Hort Nou. Remite a un cobertizo de origen medieval, que en el siglo XV formó parte del Planicia y es Rafal. El nombre, tal como ocurre en otras partes de la isla, viene motivado por la abundante agua y vegetación. En época moderna la zona se empezó a establecer y conformó el conjunto de pequeñas propiedades que es a día de hoy: Son Valldaura, can Cotó, can Manyoles, ses Figuerasses, es Verger, etc. Algunas de estas fincas conservan conjuntos marjales de muy buena factura. En cuanto a fuentes, destacan la des Verger y la de ses Figuerasses. El camino nos permite disfrutar de unas magníficas vistas litorales y también de los acantilados que caen desde es Rafal de Planicia y de la cueva de na Leta. Hay que decir que todavía se conserva un pequeño fragmento del antiguo camino de herradura, que podemos aprovechar. 

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Núcleo de la Punta des Verger

En los años sesenta del siglo pasado se produjo la parcelación y la construcción de un pequeño núcleo encima del puerto de sa Pera de s’Ase. Cada una de las parcelas tenían unos 2.000 metros cuadrados donde se levantaron unas veinte casas de estilo ibicenco, todas con vistas al mar. 

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Puerto de sa Pera de s’Ase

Se accede por un camino de herradura, adoquinado, que nace al final del vial del núcleo. A ambos lados se ponen en fila varias casetas de pescadores. Se encuentran algunas barcas varadas bajo cañizos junto con los clásicos varaderos, pintados de blanco. Este puerto disfrutó de cierta intensidad a principios del siglo XX. Aquí permaneció uno de los banyalbufarins más singulares de la historia contemporánea del pueblo: Mateu Mir Albertí, más conocido como Mateíto.